jueves, 31 de enero de 2008

Shakira




La muchacha de las caderas afiladas

Pienso que nada debería acabar,
que el día es la continuación de la noche
tus labios rozan mi cuerpo
y nos desvelamos en el cuarto
de pies a pelos
gemidos en la oscuridad.

Caderas
la miel que había en ellas
enloquecia por naufragar
en tu seda cuerpo
en surcar una y otra vez
los apices del silencio
y pensar en los hijos
que nunca ibamos a tener.

Pienso en tus caderas
en tu agría voz
cuando te sentías ofendida
y era necesario
ir a ver mirar el río
cuando las gaviotas emigraban.

Julio Hernandez